Los costes de una buena impermeabilización son mínimos comparados con los problemas que evita

La impermeabilización es un aspecto crucial en cualquier obra de construcción, y la diferencia entre una buena y una mala impermeabilización se traduce no solo en términos de costos iniciales, sino también en costos de reparación y mantenimiento a largo plazo.

Coste de una Buena Impermeabilización en Obra Nueva

Una buena impermeabilización requiere una inversión inicial que suele oscilar entre el 1% y el 8% del costo total de la construcción. Este porcentaje puede variar dependiendo de la calidad de los materiales, la complejidad del diseño y las condiciones específicas del sitio de construcción. Aunque este porcentaje puede parecer significativo, esta inversión inicial es fundamental para asegurar que la construcción esté adecuadamente protegida contra problemas de humedad, filtraciones y otros daños relacionados con el agua.

La correcta impermeabilización de una obra nueva no solo previene la entrada de agua, sino que también protege la estructura de daños potenciales que podrían comprometer la integridad del edificio y afectar la comodidad de los ocupantes. Además, garantiza que el inmueble cumpla con los estándares de calidad y durabilidad requeridos.

Costes de una Mala Impermeabilización

En contraste, una mala impermeabilización puede resultar en costos mucho mayores a largo plazo. Los costos de reparación y mantenimiento asociados con una impermeabilización deficiente pueden llegar a igualar o incluso superar el costo original de la impermeabilización. Estos costos incluyen:

• Reparación de Filtraciones: Identificar y reparar filtraciones puede ser costoso y complicado. En muchos casos, implica desmontar partes de la estructura, lo que incrementa el costo de las reparaciones.
  
  
• Reemplazo de Materiales Dañados: La entrada de agua puede dañar revestimientos, suelos y otros acabados, lo que requiere su reemplazo y puede resultar en gastos significativos.
  
  
• Daños Estructurales: Si las filtraciones no se abordan de inmediato, pueden causar daños estructurales graves. Esto podría incluir el refuerzo de la estructura o la sustitución de elementos deteriorados, aumentando considerablemente los costos.
  
  
• Costos Estéticos y de Acabados: La humedad puede afectar tanto los acabados interiores como exteriores, llevando a la necesidad de volver a pintar y reemplazar revestimientos, generando costos adicionales.
  
  
• Interrupción de Actividades: Si el edificio está en uso, las reparaciones necesarias pueden interrumpir las actividades diarias, resultando en pérdidas operativas y costos adicionales asociados con el tiempo de inactividad.
  
  
• Aumento de Costos a Largo Plazo: Incluso si las reparaciones iniciales son económicas, el riesgo de problemas recurrentes puede llevar a un aumento significativo en los costos de mantenimiento a lo largo del tiempo.

Resumen Comparativo

Buena Impermeabilización Inicial: Representa entre el 1% y el 8% del costo total de la construcción.

Mala Impermeabilización con Reparaciones Posteriores: Puede implicar costos de reparación de entre el 50% y el 100% (o más) del costo original de la impermeabilización, además de gastos adicionales por daños estructurales, estéticos y operativos.

Conclusión

Invertir en una buena impermeabilización desde el principio, aunque implique un costo inicial del 1% al 8% del total de la construcción, resulta ser una estrategia mucho más económica a largo plazo. Comparado con los costos derivados de una mala impermeabilización, que pueden multiplicarse debido a reparaciones, daños colaterales y mantenimiento continuo, la prevención siempre es más rentable que la corrección. Asegurar una correcta impermeabilización no solo protege la estructura, sino que también representa una inversión inteligente en la durabilidad y el valor del edificio.

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