La presa hidroeléctrica de Cathleen’s Fall, que entró en funcionamiento inicialmente en 1951, es un activo vital para la infraestructura eléctrica de Irlanda.
La presa sufría corrosión del acero de refuerzo en toda la cara de la presa a una altura de 75 m. El propósito de la aplicación fue remover todo el hormigón deteriorado, limpiar el acero de refuerzo y brindar una protección impermeabilizante efectiva a las áreas deterioradas que requerían reparación.